Sonia Delaunay: Living Art

El Bard Graduate Center de Nueva York presenta una exposición retrospectiva de Sonia Delaunay (1885-1979). Sonia fue una de las artistas más influyentes y polifacéticas del siglo XX. Su obra caleidoscópica celebra el color y encarna la búsqueda de una síntesis de las artes por parte de las primeras vanguardias. Demostrando un apasionado desprecio por los límites tradicionales entre materiales y formas de arte, Delaunay dominó muchas habilidades y aprovechó el poder creativo de la colaboración en los ámbitos de la moda, los textiles, los interiores, los libros, los mosaicos y los tapices.


Nacida como Sara Elievna Stern en Odessa y criada en San Petersburgo, la joven artista estudió en la ciudad alemana de Karlsruhe antes de mudarse a París en 1906. Allí conoció y se casó con el pintor Robert Delaunay (1885-1941), y juntos se convirtieron en fuerza líder en el surgimiento del arte abstracto. Durante la Primera Guerra Mundial, Sonia Delaunay transformó su práctica creativa en una empresa pionera que marcaría el inicio de una prolífica carrera dedicada a la exploración y la innovación artística. Continuaría abrazando la tradición y la artesanía, así como la modernidad y el progreso técnico a lo largo de su vida, presentando los frutos de su trabajo en exposiciones internacionales, proyectos comerciales y publicaciones artísticas que aseguraron su legado en Francia y el mundo.

 


 

Esta exposición comienza con una introducción inmersiva a su trabajo, destacando sus estrategias de autopromoción, y presenta una película que ofrece un vistazo a su mundo de arte vivo, Sonia Delaunay: Prises de vues pour une monographie (Sonia Delaunay: material para una monografía), dirigida por Patrick Raynaud (nacido en 1946) y producida con su entusiasta participación en 1972. Esta película muestra cómo incluso en sus últimos años utilizó medios modernos para promover la simultaneidad del arte y del yo. Como declara audazmente en la película: "Yo vivo el color, lo amo y lo conozco muy bien".


 

 

Las galerías del segundo piso se centran en los experimentos interdisciplinarios de la artista en busca de la técnica del ‘simultaneismo’, sus contribuciones al teatro y el cine, y sus diseños icónicos de telas y moda. Por último, las galerías del tercer piso arrojan luz sobre aspectos poco conocidos de la producción de Sonia Delaunay: sus proyectos de diseño de interiores y su conmovedora obra en tiempos de guerra, que culminaron con el alegre resurgimiento de su carrera en las décadas de 1960 y 1970.

 

Como artista, diseñadora y empresaria, Sonia Delaunay construyó conscientemente una marca personal a través de representaciones visuales de sí misma y representaciones gráficas inventivas de su nombre. Colocó su propia imagen en el centro de fotografías ingeniosamente escenificadas de su trabajo en diseño de interiores y moda, la más famosa en su Simultáneous Dress (1913). Las portadas de libros, carteles, folletos y otros materiales promocionales presentan de manera destacada el nombre del artista impreso en colores brillantes para que parezca pintado a mano. Desde el inicio de su carrera, y como nadie antes que ella, afirmó que no era sólo la creatividad y el talento, sino su propio ser lo que daba vida a su arte. 



 

Una de las obras fundacionales de Sonia Delaunay, la Robe simulianée se convirtió en un símbolo de su deseo de fusionar el arte con la vida. Ella lo llamó "el vestido simultáneo", en referencia a la práctica del simultaneismo, un término que ella y Robert Delaunay acuñaron para describir su contribución personal a la abstracción pictórica. 


 


Sonia así afirmó que había creado la prenda según la teoría del color inherente a la pintura moderna, más que según los principios de la confección. De hecho, las formas y colores de los fragmentos del textil eclipsan la silueta del vestido cosido a mano, como una composición abstracta destinada a envolver el propio cuerpo de la artista.


Delaunay se puso el famoso vestido para Evely Sombes en la sala de baile Salle Bullier de París, activando sus colores y formas atrevidos a través del movimiento y, por lo tanto, transformándose en una obra de arte viva.


Vista de la exposición. Foto: Da Ping Luo. Bard Graduate Center


 

Vista de la exposición. Foto: Bruce M. White

 Durante su exilio forzado en Grasse, los artistas abstractos Jean Arp, Sophie Taeuber-Arp, Alberto Magnelli y Sonia Delaunay colaboraron en una serie de dibujos, cada uno de los cuales fue creado por dos o tres miembros de lo que llegó a conocerse como el "Grupo de Grasse." Si bien hubo un intento de publicarlos como un portafolio impreso durante la guerra, el proyecto fue interrumpido por la ocupación del sur de Francia. Seis años después de la liberación, en 1950, estas obras de arte finalmente se publicaron en Suiza.

 

En 1923, Sonia Delaunay centró su energía en una nueva forma de expresión artística cuando recibió el encargo de J.B. Martin, una casa textil de Lyon, para diseñar cincuenta patrones para sedas y terciopelos estampados.


 

El éxito que tuvo la llevó a establecer un sofisticado estudio de diseño con su propio nombre en su apartamento del bulevar Malesherbes de París, donde ofrecía diseño de moda, tejidos, muebles y decoración de interiores. Para promover su negocio, registró el término Simultané en marzo de 1925. Delaunay participó en todas las etapas del diseño y la producción, desde los primeros bocetos hasta la impresión final. La gama gráfica de sus Tissus simultanés (Tejidos simultáneos) era amplia, desde patrones geométricos estrictos hasta motivos florales más pictóricos. Estos textiles a menudo se imprimían a mano utilizando bloques de madera para garantizar que mantuvieran el carácter artístico de los originales pintados. 



 

De manera similar, sus prendas alcanzaron los estándares de la alta costura y fueron cosidas a mano por hábiles costureras sobre encargo, e implicaba procesos elaborados, como tejido, bordado y pintura sobre seda. Aunque las técnicas de producción de Delaunay señalaron su defensa de la artesanía tradicional en la era de las máquinas, las cualidades gráficas de sus modas y tejidos eran esencialmente modernas.

 

Por otra parte, el diseño de muebles, textiles decorativos y objetos se convirtió en un elemento central de las actividades comerciales de Sonia Delaunay a mediados de la década de 1920. Comenzó a trabajar en este ámbito transformando sus propios espacios domésticos, que decoró para reflejar su singular visión artística.


Desde alfombras y cortinas hasta muebles hechos a medida con tapizados bordados a mano, la casa Delaunay en el bulevar Malesherbes de París fue concebida íntegramente por ella. Como tal, sirvió como un entorno inmersivo en el que mostraba su arte y su moda al mismo tiempo. Más allá de sus propias residencias, decoró las casas de muchos de sus amigos parisinos, agregando textiles y muebles, y colaborando con otros diseñadores y arquitectos para crear habitaciones hermosas y funcionales animadas por colores saturados. En sus propias palabras, la "poesía de una habitación" se logra por su "aspecto espiritual o visual", que, para Delaunay, se realzaba mejor mediante la aplicación del color. Muestra de ello es el último salón de la exposición, que expone muebles y textiles diseñados por Delaunay.


 

Es así como esta exposición explora la materialidad, la creación y el marketing del trabajo de Sonia Delaunay, recorriendo una vida de expresión creativa a través del color y retratando una artista visionaria que trascendió intuitivamente los paradigmas artísticos convencionales.


            

 

 

 

 

 

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