Como cada septiembre, el Armory Week vuelve a transformar Nueva York en el epicentro del arte contemporáneo. Este esperado evento marca el arranque del calendario otoñal con la feria insignia, The Armory Show, en el Javits Center, y se complementa con la apertura de otras ferias satelitales, como Independent 20th Century, Art on Paper y Open Invitational, que juntas amplían, pero no completan el panorama del arte de la ciudad.
La apertura de la ajetreada temporada de otoño es, de hecho, la inauguración de más de 130 exposiciones en la Gran Manzana, en tan solo un fin de semana. Pero en la órbita de este movimiento, nos preguntamos si habría una mayor presencia del arte latinoamericano que en años pasados, pero aparentemente la respuesta es negativa.
Comenzando con Armory Show, con una presencia latina menor que otras ediciones, pero con un impacto inminente. Este año, el Armory Show recibió a más de 230 galerías de 30 países en el Javits Center, y es la primera en ser completamente dirigida por Kyla McMillan desde su nombramiento en julio de 2024. Su visión apunta a una feria que dialogue consigo misma y con los tiempos actuales, más allá de la espectacularidad comercial. La feria centró su atención en el sur de Estados Unidos, una región que no solo experimenta un rápido crecimiento demográfico, sino que también destaca por su riqueza racial y cultural. En su edición 2025 (del 4 al 7 de septiembre), la feria dedica buena parte de su sección especial Focus a artistas y galerías provenientes de esa zona del país.
McMillan creó un nuevo diseño del espacio y dos secciones comisariadas. La sección Platform de la feria, dedicada históricamente a obras a gran escala, está organizada este año por la organización Souls Grown Deep, enfocada a promover el trabajo y el legado de los artistas de color, y Raina Lampkins-Fielder, curadora principal, fue quien seleccionó a los artistas. Ebony L. Haynes, directora sénior de David Zwirner y 52 Walker, llevó a cabo la curaduría de una nueva sección titulada Function, que explora la relación entre el arte y el diseño a través de presentaciones de nueve galerías.
Otras secciones de la feria incluyen Focus, comisariada por Jessica Bell Brown, directora ejecutiva del Instituto de Arte Contemporáneo de la Universidad Commonwealth de Virginia, la cual destaca a artistas del sur de Estados Unidos. Y es debido al enfoque en artistas de esta región del país que la presencia latina no es tan abundante, como lo fue en la edición de 2022, en donde el foco estaba puesto cien por cien en Latinoamérica.
Sin embargo, los artistas latinoamericanos presentes están generando un gran impacto. Swivel Gallery, por ejemplo, presenta una exposición que detiene el tráfico en la feria. Se trata del trabajo en cerámica del artista mexicano Alejandro García Contreras, cuyas piezas en cerámica están dotadas de adornos densamente elaborados, y cubiertos de símbolos del cielo y el infierno, el sexo y la santidad. «Love Hangover» entrelaza elementos de la cultura pop actual, el folclore mexicano, mitologías ancestrales y una espiritualidad esotérica, dando forma a una cosmología personal y visionaria. En esta presentación, Alejandro García Contreras construye una imponente figura esquelética de tamaño real hecha completamente en cerámica, que funciona como un espacio ritual: un altar dedicado al deseo, la muerte y el enigma del origen.
La galería mexicana Arróniz presenta una exposición individual a Ricardo Rendón, cuya práctica se construye como un diario visual complejo, en el que se integran una amplia variedad de materiales, técnicas y enfoques formales. Su obra documenta y acumula las huellas de procesos de transformación y manipulación, tanto de los materiales como del espacio de trabajo, registrando cada acción como parte esencial del resultado final.
El artista cubano Roberto Diago presenta también una muestra individual, por la galería El Apartamento, con una instalación impactante que revisita el legado colonial y la memoria afrodescendiente desde una poética visual cruda y material. Su obra resuena como una llamada urgente frente a los silencios históricos.
Joel Gaitán, artista nicaragüense radicado en Miami, y representado por The Pit, ofrece en el sector Focus una serie de cerámicas inspiradas en rituales, ancestralidad e identidades queer. Su presencia reafirma cómo las diásporas latinoamericanas siguen reinventando el lenguaje escultórico contemporáneo desde lo íntimo y lo político.
Por otra parte, la Galería de Arte de la Familia Chozick presenta a Elbert Joseph Pérez y Christopher Paz-Rivera, dentro de la sección PRESENTS. Juntos, los artistas presentan obras urgentes y profundamente personales que exploran las fuerzas sociales, políticas e históricas que dan forma a la vida contemporánea, al tiempo que ofrecen un espacio para la empatía, la vulnerabilidad y la conexión.
En el centro de la galería, se alza una escultura de adobe de gran escala, cuya silueta evoca un lagarto o un ave de proporciones míticas, atrapada en un momento de transformación. Esta pieza está rodeada por cuatro formas antropomorfas que remiten a hornos de pan tradicionales, también modeladas en adobe. Juntas, las cinco esculturas componen una especie de procesión o marcha enigmática, que podría interpretarse como una protesta silente. Una exposición que quita el aliento desde el instante en que se adentra al salón de galería.
Hauser & Wirth presenta a la artista colombiana María Berrío, radicada en Nueva York. En Soliloquio de la tierra herida, su primera exposición en Hauser & Wirth, presenta lienzos a gran escala que muestran escenarios imaginarios y narraciones que evocan un déjà vu, explorando sociedades en transformación donde lo cotidiano se entrelaza con la historia, la memoria y la tradición.
Tanya Bonakdar Gallery presenta por primera vez una individual de Rodrigo Hernández (Ciudad de México, 1983). Su fantástico léxico visual tiene sus raíces en una amplia y distintiva variedad de fuentes: desde el arte precolombino mexicano hasta los grabados japoneses, desde el modernismo europeo hasta la ciencia y la literatura. La galería Bureau presenta también por primera vez una individual de Jerónimo Rüedi, una serie de nuevas pinturas retratan los inquietantes vectores y retrasos orbitales a través de los cuales la mente puede crear todo un universo a partir de lo poco que ve. Vastas extensiones salpican grupos de marcas rápidamente plasmadas, realizadas a mano y con aerógrafo, que distorsionan cualquier distinción clara entre texto e imagen, ligamento y extremidad.

Por otra parte, la Galería Asya Geisberg presenta Los Restos, la tercera exposición individual del mexicano Rodrigo Valenzuela. El artista transforma el espacio de la galería con una instalación que muestra New Land: representaciones del paisaje del desierto de Atacama en lienzos a gran escala, junto con impresiones documentales más tradicionales en gelatina de plata.
Por último, Jerónimo Rüedi, artista argentino radicado en Ciudad de México y Berlín presenta Preaesns, su primera exposición individual en Estados Unidos. La muestra es en la galería Bureau, y consta de un conjunto de nuevas pinturas, en las que retrata los inquietantes vectores y retrasos orbitales a través de los cuales la mente puede crear todo un universo a partir de lo poco que ve. Vastas extensiones salpican grupos de marcas de rápida ejecución, hechas a mano y con aerógrafo, que deforman cualquier distinción clara entre texto e imagen, ligamento y miembro.
Además, hay que tomar en cuenta que la temporada otoñal está marcada por una importante presencia de primicias de artistas latinoamericanos jóvenes que están ocupando la atención del mercado internacional. Propuestas que al mismo tiempo consolidan a Nueva York como un espacio vital para la producción y circulación del arte latinoamericano, incluso cuando no siempre está en el centro de la visibilidad institucional.
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