Tenía
que estar contenta porque por fin había logrado vender una maldita cuna que de
nada nos iba a servir en Nueva York. Ya comenzábamos a empacar y a despedirnos
del gris y triste pero adorable Berlín. Pero entonces descubrí que estaban por
inaugurar una exposición de mi más grande ídolo: David Bowie, en el
Victoria&Albert Museum en Londres. Mi primera reacción fue buscar boletos
de avión, pero acabé azotándome de frustración cuando descubrí que en una
mudanza a Nueva York, donde tienes que vender todo lo que tienes, no se viaja a
ninguna parte.
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Body tejido asimétrico, Kansai Yamamoto, 1973 |
Pues
nos fuimos a Nueva York, y un año después anuncian la misma exposición pero
ahora en Berlín, nada más y nada menos que en el Martin-Gropius-Bau. La cabeza
me dio vueltas hasta que el Amorini anunció un viaje a Suiza para
dar una conferencia, pero decidió llevar consigo a su hija y a la melómana
madre de su hija, o sea su servidora. Y de paso nos pasearíamos por Sevilla y
Lisboa. Todo salió como lo planeamos, y en Lisboa cada quien tomó un avión
diferente: él con la hija hacia Suiza y yo sola a Berlín, que Bowie me esperaba
en las paredes del Martin-Gropius-Bau.
“DAVID
BOWIE IS…” era el nombre de la
exposición, lo cual da a pensar una infinidad de respuestas. Y sí, efectivamente
era una retrospectiva que exponía los manuscritos de sus canciones, las portadas
de sus discos, su vestuario, instrumentos musicales, fotos de sus actuaciones
en películas, maquetas de diseño de escenografías, hasta su propio arte
plástico. Lo impresionante no era descubrir sus diferentes facetas, sino
tenerlas materializadas frente a mí. Ese arranque de personalidad mutante,
aunado al constante riesgo de pisar nuevos territorios musicales se hacía
latente en cada paso.
Traje diseñado por David Bowie y Freddie Buretti para la portada de Ziggy Stardust, 1972
Y ahí
estaba él de niño, de músico, de actor, de mimo, de artista; estaban sus
manuscritos de hace más de cuarenta años. Ahí frente a mis ojos estaba con todo
y tachones la canción Ziggy Stardust en un hoja de papel cuando fue concebida.
¿Cómo es posible que el Camaleón guardara todo eso y ahora generosamente nos lo
ofreciera? Diez años después su letra seguía casi igual, como la de un niño. No
respetaba los márgenes de la hoja y no borraba sus errores, sino que los
tachaba con firmeza. “Heroes” la escribió en un papel milimétrico, “Fashion” la
escribió con un plumón naranja, “Rebel Rebel” con plumón rosa y pluma verde en
cartulina azul, lo cual no me parecía una creación caprichosa sino fortuita o
incluso accidental: crear por crear, donde sea y como sea.
Y
después aparecían las portadas y en quienes se inspiró para sus diseños, lo
cual es imposible describir aquí, pero no puedo dejar de remarcar la portada de
Space Oddity diseñada por Victor Vasarely: una obra de arte más expuesta para
nuestro deleite y la portada de Heathen, inspirada en el surrealismo
cinematográfico de Luis Buñuel. Y luego venía el vestuario, lo cual fue alucinante,
no sólo por el diseño que es per se
otra belleza artística, sino porque ahí estaban frente a mí la textura de las
telas, las costuras, las dimensiones reales de esos diseños de Natasha
Korniloff, Giorgio Armani, Kansai Yamamoto, Freddie Buretti, y por supuesto el mismísimo Alexander McQueen.
Y es
que aunque parezca exagerado, no hay manera de imaginarse estar frente a los
trajes que usó para el tour de Ziggy Stardust y Aladdin Sane por Kansai
Yamamoto, estoy hablando de trajes que usó en 1972, 1973 y el resto de su vida
musical. El icónico traje tejido asimétrico, la capa con caracteres Kanji, el
leotardo “Woodland Creatures”, el alucinante “Tokyo Pop” (traje negro de vinil
con costuras blancas orgánicas simétricas), todos ellos de Yamamoto; los
dibujos hechos a mano en la tela, los botones… el traje de la portada de Ziggy
Stardust diseñado por Bowie y
Buretti, con todo y las botas; el traje azul de Buretti para el video de “Life
on Mars”; el traje diseñado por Bowie para su aniversario 50; el maravilloso
abrigo de Alexander McQueen para la portada de Earthling y el tour del mismo álbum,
etc., etc.
Y
después de tanta euforia visual y musical (porque había que ponerse unos
audífonos para también oír la exposición), había un cuarto gigantesco, con
pantallas de piso a techo que proyectaban dos videos, en dos paredes se veía un
video de un concierto y en las otras dos paredes, otro, y depende de donde se
paraba el espectador, aparecía la canción de uno de ellos en los oídos. El
primero que me apareció fue Rebel Rebel, entonces miré las paredes que
coincidían con el sonido acompañado del rebote de percusiones que contenía mi
pecho. Pero después caminé unos pasos y desapareció, para dar entrada a otra
canción que me hizo sentarme casi desvanecida en una banca que estaba ahí, era
“Rock ‘N’ Roll Suicide”, exactamente en el momento que Bowie cantaba a todo
pulmón en esa gigantesca pantalla “Oh no, love. You are not alone!..” Yo había
viajado sola a Berlín para verlo, y él decía “You are not alone”. Recordé todos
los eventos, viajes y conciertos en los que estuve voluntariamente sola. “You are
not alone”, gritaba, y enormes lágrimas permití que corrieran por mi cara sin
disímulo alguno, pues sabía además que estaba en Alemania, donde nadie te
voltea a ver.
Al
final me pareció una exposición multitudinaria y multicultural, no por la gente
que asistió, sino por todos los personajes implícitos en los proyectos, las
representaciones y las creaciones de Bowie, que aunque pertenezcan a géneros
distintos, parecían una comuna indivisible: Andy Warhol, Burroughs, McQueen, Vasarely,
Luis Buñuel, Trent Reznor, Siouxsie Sioux, Robert Smith, Freddy Mercury, Little
Richard, Iggy Pop, Brion Gisyn, Moby, y tantos más que de alguna manera estaban ahí, y
dejaban claro que Bowie fue un explorador que recogía lo mejor de otros
creadores y se lo ponía encima, se vestía de todas las influencias y las
sembraba en su música. Con ello nos hacía cómplices, nos comprendía y nos
convertía en sus vouyeristas hasta después de su vida y de su partida.
DAVID
BOWIE IS… Había muchos que incluso decían despectivamente que era un “Forever”,
y sí, forever, pero en cada disco nuevo también era un “Absolute Beginner”...
Al final de la exposición había un letrero que preguntaba “What comes next?”
Con lo que parecía que el final era un inicio, un absolute beginning.
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"Fashion", letra original, Bowie, 1980 |
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Ziggy Stardust, letra, original, Bowie, 1972 |
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"Heroes", letra original, Bowie, 1977 |
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"Woodland Creatures", leotardo de piel, Kansai Yamamoto, 1972 |
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"Tokyio Pop", traje de vinyl, Kansai Yamamoto, 1973 |
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Capa con caracteres Kanji, Kansai Yamamoto, 1973 |
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Disfraz de Pierrot, Natasha Korniloff, 1980 |
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Traje para el video de "Life on Mars", Buretti, 1972 |
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Traje para Saturday Night Life, "The Man Who Sold The World", 1979 |
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Traje diseñado para el tour de Outside, Alexander McQueen, 1995 |
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Abrigo diseñado por David Bowie para su aniversario 50, 1997 |
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Union Jack Coat, Alexander McQueen, 1997 |
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Diseño de VictorVasarely |
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Yo en Berlín, verano de 2014 |
1 Comentarios
Yo fui sólo al cine a ver el documental dé la exposición.La reseña que haces es el complemento para sentir que estuve ahí. Padrisimo tu escrito y las fotos
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